Nuestros productos básicos de belleza, y que están a nuestro alcance en todo momento, son los que la Naturaleza ha dispuesto en el día a día. Voy a mencionar algunos productos externos que nos pueden ayudar. Pero antes hemos de recordar que tenemos una gran proporción de agua en nuestro organismo, esto es básico, así pues la cantidad y calidad del agua que ingerimos cada día contribuye a nuestra belleza, a la limpieza y salud de nuestro organismo, favorece sus funciones, por lo tanto también es importante para nuestra piel y sus funciones vitales. Y no olvidemos que sin respirar no podemos vivir. Con lo cual dedicar cada día a realizar unas respiraciones conscientes y profundas durante unos breves minutos va a favorecer la oxigenación de todo nuestro organismo, nuestro bienestar interior, nuestra salud, y por lo tanto se refleja en nuestra piel y en el aspecto externo en general. Y para que sean tres, en un principio, los factores externos que quiero destacar para mantener una piel sana y bonita menciono por supuesto la luz, no directamente el Sol, que ya sabemos que ahora más que nunca debemos exponernos a él con mucha precaución y protección, simplemente tener en cuenta que la luz natural contrubuye a que nuestro organismo y nuestra piel muestren un aspecto sano y radiante.
Aunque voy a mencionar productos que están en la Naturaleza siempre conviene para su uso y utilización dejarte aconsejar por personal cualificado, debido a posibles contraindicaciones que puedan presentarse en cada caso particular.
Flores de Bach
Nos van a ayudar a recuperar la sensación de bienestar ya sea física, mental o emocional. No tienen como fin combatir síntomas concretos, sino estados emocionales que acompañan a la enfermedad. Ya los aborígenes australianos y los nativos americanos utilizaban elixires hechos con flores para combatir trastornos emocionales y alcanzar la paz espiritual, desde hace miles de años.
Debido a cómo actúa resulta que es más un remedio homeopático que herbal, y es un tratamiento totalmente inocuo, en relación a los que veremos a continuación, que requerirán siempre del consejo de un terapeuta especializado.
Aceites esenciales: aromaterapia
La planta combina los elementos químicos que encuentra en el aire, el suelo y el agua de alrededor, como el carbono, el oxígeno y el hidrógeno y utilizando la energía obtenida de la luz del sol construye a partir de estos átomos compuestos químicos diferentes. La combinación particular de compuestos químicos que aparece en cada plante planta aporta su perfume característico y sus propiedades terapéuticas.
Nuestros sentidos son puertas a través de las cuales llegan a nosotros los aceites esenciales, destacan sin embargo para su acceso a nosotros el olfato y el tacto. Por ejemplo llegan a nosotros en forma de vapor liberado en la atmósfera, o bien alimentando la piel a través de un masaje aromaterapéutico, o a través de un baño, o bien contenidos en un perfume, e incluso en la cocina, aquí tenemos olfato y gusto.
La estructura molecular y las poderosas propiedades curativas de un aceite esencial le permiten penetrar por la piel hasta el torrente sanguíneo entre 20 y 70 minutos después del tratamiento.
Aceites vegetales
Son extractos lipídicos extraídos de las plantas, obtenidos por presión de los vegetales, o por maceración, para obtener un aceite. Son muy ricos en vitaminas liposolubles, (A, D, K, E), las cuales protegen la piel contra el envejecimientos y favorecen el metabolismo celular. Podemos también consumirlos por vía oral. Contienen ácidos grasos esenciales (omega 3 y omega 6).
He aquí algunos ejemplos: aguacate, almendras dulces, avellana, germen de trigo, onagra, argán, jojoba, zanahoria, rosa mosqueta, macadamia, semilla de uva, caléndula, hipérico, árnica.
Fitoterapia
Las plantas nos proveen tanto de alimento como de medicina, y aquí podemos recordar el axioma: « que tu alimento sea tu medicina ».
Actualmente la mayoría de la población residimos en ciudades con lo cual hemos perdido el contacto que tenían nuestros antepasados con la Naturaleza, hemos ido desconectando de las tradiciones herbolarias del campo.
En los últimos años, sin embargo, la fitoterapia vuelve a estudiarse en los países occidentales ya que muchas personas se interesan por los estudios del las antiguas tradiciones de China, India y Sudamérica.
Algas
Favorecen la circulación de la sangre, tonifican los tejidos cutáneos, por lo tanto tienen efecto reafirmante, aportan proteínas, vitaminas y minerales, desintoxican. Ya sea ingeridas o aplicadas en la cabina de belleza en forma de envolturas, ya sea en cremas, en ampollas, en baños, añadidas a un gel higiénico, a un champú, incluso a las pastas dentríficas, las algas poseen grandes propiedades para mantener el equilibrio de nuestra piel y de nuestro organismo.
Arcillas
Ellas van a contribuir a la remineralización y a la rehidratación de nuestra piel, además son muy eficaces para drenar las impurezas. Muy utilizadas tanto en la composición de mascarillas faciales, como en las corporales, en este caso las empleamos en forma de envolturas, para lo cual añadimos además aceites esenciales.
La arcilla verde está recomendada para el cuidado de las pieles grasas, purifica y regula la secreción sebácea, también se utiliza en tratamientos adelgazantes; las grises se utilizan en mascarillas purificantes y en los productos para el desmaquillado. La arcilla roja reafirma la piel, rica en hierro y oligoelementos, favorece la microcirculación de la sangre, aporta luz y brillo. La arcilla blanca o kaolin tiene un gran poder cicatrizante, para todo tipo de piel, especialmente las secas e irritadas.
Cristaloterapia
Jade, obsidiana, cuarzos y muchas otras piedras preciosas y semipreciosas pueden utilizarse para el masaje facial, el corporal, y también como ingrediente en la composición de productos para los tratamientos de belleza. Asimismo las podemos utilizar, pulidas convenientemente, para estimular puntos de acupuntura en los tratamientos de belleza.
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