A lo largo de nuestra
vida vamos atravesando etapas en las cuales vivimos transformaciones respecto a
nuestra participación en la vida social y profesional. Los planetas
transpersonales (Urano, Neptuno y Plutón) nos motivan siempre a entrar dentro
de nosotros mismos y crecer como personas, como seres humanos y evolucionar
como almas, nos despiertan interiormente en momentos puntuales para que nuestra
conciencia adquiera mayor lucidez y comprensión. Son nuestros aliados para evitar
estancamientos y ya sea a nivel mental, emocional como físico propician estos
procesos profundos, sin obligar, porque siempre la verdadera voz interior del
alma es suave, aunque también contundente.
Se tiene mucho temor de
Plutón, pero no ha de ser así, precisamente podemos trabajar con su energía
esos temores que nos asolan y que nos impiden avanzar. A través de mi
experiencia con sus tránsitos he podido constatarlo, tanto a mis planetas
natales como a mis planetas progresados. Menciono ahora a Plutón ya que el 23
de septiembre de vuelve directo y empezamos a conectarnos con su fuerza más
intensa y potente ahora.
Cuando Plutón empezó a
acercarse por mi Mercurio natal situado en Piscis, por ejemplo, decidí estudiar
en serio y adquirir nuevos conocimientos para utilizar mis manos abarcando un
mayor ámbito profesional. Ya no era sólo la imposición de manos, el reiki o el
masaje de reflexología podal, en ese momento decidí aprender a dar masajes
enfocados a la estética y bienestar, como es por ejemplo el masaje
circulatorio, el masaje linfático, el masaje facial, y aprender a utilizar
productos naturales, lo menos tóxicos posible. Era casi como experimentar con
alquimia, pudiendo preparar yo misma las mezclas para conseguir los productos más adecuados según la finalidad de los tratamientos,
para cada persona, para cada sesión; podía añadir lo que ya conocía, como
las flores de Bach y los cristales. Por supuesto era la hora de Plutón y no
podía ser cualquier formación, así que fue una formación amplia y adquirí
numerosas técnicas, aprendí todavía más acerca de las propiedades y el uso de
los aceites vegetales y esenciales (también Neptuno andaba cerca de Mercurio),
las algas, las hierbas, las dietas y la alimentación, nociones y algunas
técnicas básicas e instrumentos de medicina tradicional china; en realidad en
esencia había un hilo conductor que permanecía dirigiendo el camino, la
intención iba dirigida a un tratamiento holístico para comprender en mayor
profundidad el ser humano y favorecer óptimamente las funciones que el cuerpo
espontáneamente realiza para mantener nuestro equilibrio, lo que decimos gozar
de salud, sentirnos bien. Y cuando nos sentimos así y nos miramos al espejo, ¿quién no se ve y se siente bello y ligero?
Para realizar cualquier
trabajo es imprescindible contar con una buena condición física respecto al
esfuerzo que tengamos que hacer en el mismo. Y nuestra vida va girando y
optamos, o deberíamos optar, por caminos nuevos, el dedicarnos en profundidad a
actividades que ya veníamos ejerciendo si el cuerpo no nos sigue en los
proyectos que queremos emprender también puede ser la elección más adecuada.
Desde luego para los tratamientos de estética se necesita una buena energía
física, una gran energía de riñón genética. Y cuando el cuerpo nos falla acá y
allá vamos optando, o deberíamos hacerlo para no ser unos profesionales
mediocres o peor aún, por otras posibilidades desarrollando así dones y
cualidades que están en nosotros también latentes, pero que pensábamos dejar de
lado, o que ignoramos y descubrimos.
Plutón ha ido
transformando así mi camino profesional y guiándome, le puedo sentir
perfectamente, junto a Neptuno. De hecho en este tránsito actual de nuevo
activando Venus natal, también en Piscis, siento, por ejemplo, cómo me sumerge
de nuevo en el mundo de los aromas, de los aceites, en ese prestar atención al
desarrollo interno de la energía femenina de Afrodita, la belleza, la estética,
sí, también las relaciones, el amor, por supuesto.
Algunos no se imaginan
o no se toman siquiera la molestia de ir observando, al menos, cómo la energía
de los planetas nos va guiando, nos enseñan y aportan tantas cosas. Por
ejemplo, la última Luna Llena, en agosto, fue en Acuario, el 10 de agosto.
Recordad cuántas cosas nuevas y originales ocurrieron alrededor de esa fecha.
Yo os puedo contar varias anécdotas, pequeñas, sí, pero se nota la vibración
acuariana. Por ejemplo, yo probé comida exótica, comida que nunca prepararía
así, salsas experimentales en las que se mezcla la menta, los cítricos, sopas frías, y apareció
de nuevo la oportunidad de degustar un rico crèpe relleno, de postre. Una
lluvia que sorprende y obliga a comprar algo de ropa nueva, pero diferente,
algo que nunca compraría en otro contexto, y lo mismo les ha ocurrido a alguna
de mis amistades. ¿Paseaste alguna vez con luna llena descalzo por la playa? A
veces no apetece, verdad, casi no hay luz, no se sabe dónde se pisa, qué hay, hasta
dónde llega el agua, pero ahí se encuentra uno con los pies desnudos y
sorteando cañas de pescar. ¿Y los elementos? No sé si observasteis los
elementos durante esos días de Luna Llena. Todo puede ser imprevisible, o al
menos una gran parte. El caso es que uno debe fluir con aquello que no parece
apacible, pero resulta ser nuevo y sorprendente experimentarlo. Se trata de adoptar
una actitud de apertura, adaptarse y fluir. A cada uno nos cuesta un poco más o
un poco menos.
De todos modos con
Plutón siempre hay que soltar, liberar lo que ya no conviene para seguir
caminando ligeros y decididos por la vida, lo que está estancado, hay que
evitar la necrosis. Plutón nos activa nuestro ideal de perfección, así que esto
va a reflejarse en todo, y sigo centrándome en su conexión con Venus, qué
valoramos, cómo es nuestra dieta y alimentación, cómo nos cuidamos, no sólo
para presumir y aparentar, sino para sentirnos bien, o superbien, tomando mayor
conciencia de nosotros mismos a través del cuerpo; no podemos eludir aquello
que sabemos y experimentamos que nos hace daño, ya sean alimentos, ya sean
relaciones, ya sean productos que venimos utilizando. Este es un momento de
inspiración para integrar en nuestra vida cotidiana nuevas pautas en nuestros
hábitos de alimentación e higiene, por ejemplo, para el caso que nos ocupa. Es el
momento de depurar y recargar el cuerpo y el sistema energético. El Sol entra
en el signo de Virgo.
Os invito a mirar
atrás, hacia el mes de abril, y recapacitar qué movió Plutón por entonces en
aquellas semanas (si sabéis algo de astrología observad qué planetas están
implicados por tránsito y progresión), porque ahora es nuestra oportunidad para
interiorizar con claridad todo lo que este pequeño y corto ciclo ha supuesto.
Todavía hay asuntos que podemos terminar de arreglar, de entender, de
equilibrar. Tal vez no fueron fáciles algunos días en aquel mes de abril
¿verdad? La dulce rutina que nos adormece seguramente brillaba por su ausencia.
En mi caso, por ejemplo, fue el momento de preparar una mudanza, un cambio de
domicilio, así que imaginad cuánto trabajo y gestiones se presentaron, a veces
agobios, cansancio, cerrar una etapa en un lugar, iniciarla en otro. Pero era
el momento.
En el aspecto físico
Plutón nos confronta con temas de poder; en el aspecto emocional todo es más
intenso; y en el aspecto espiritual nos otorga la fuerza y la energía necesaria
para afrontar las transformaciones. Con Plutón llega la hora de avanzar,
evolucionar.
Recordemos también que
hay una belleza maravillosa que se irradia luminosamente en el mundo, la de
cada ser que es amado y ama. Esta belleza, la del amor, es eterna e inmarchitable,
es la del Espíritu que transciende la materia.
(Referencias de
lectura: Planetas, de Bruno y Louise Huber, edit. API)